Hace menos de un mes Felipe González me envió una noticia de un periódico chileno, que tenía por título “Colegio de Ingenieros pide “sacrificio especial” a sus miembros para ejecutar pronto las obras pro empleo”… Lo interesante es que el presidente del Colegio de Ingenieros de Chile se había reunido con el gobierno para ofrecer el apoyo de los ingenieros ante la puesta en marcha de un programa extraordinario de obras públicas, para combatir la desocupación en la Región Metropolitana.
Además, el presidente de la entidad, Fernando Agüero planteó el “firme deseo de participar en el proceso de selección de las obras que realmente aporten a la competitividad del país y al bienestar de las personas”, y pidió a los profesionales que realicen un “esfuerzo al máximo” para llevarlas a cabo dentro de los próximos 60 ó 90 días.”
Para terminar, añadió lo siguiente: “Esto implica, para muchos casos a lo mejor, tener que postergar vacaciones y descansos legítimos, pero la urgencia del problema que puede enfrentar el país en los próximos meses justifica un sacrificio especial para sacar adelante estos proyectos y que no nos encontremos a fin de año con que parte de los recursos no fueron invertidos en definitiva por falta de ideas y de proyectos concretos” agregando que “es una muy buena oportunidad que se da para que podamos dar un salto en la calidad de nuestra infraestructura”.
Sin duda es muy elocuente esta actitud del Colegio de Ingenieros de Chile, poniéndose muy a tono con las circunstancias y destacando su rol protagonista como generadores de infraestructura, empleo y oportunidades en Chile. Creo que sólo queda preguntar… ¿Y dónde están los Arquitectos? ¿Estamos esperando que alguien nos venga a tocar la puerta y nos invite a participar?
Me parece que esta noticia nos debiera de llevar al menos a preguntarnos por qué los Arquitectos en Chile están ausentes de la contingencia pública y sobretodo considerando la gran cantidad de Arquitectos Profesionales que existen actualmente en Chile, dónde están en momentos cómo estos. Es lógico que la gran cantidad de obras de infraestructura que el gobierno está adelantando para los próximos meses requieren de Ingenieros en muchas de sus áreas y etapas, pero obviamente dichas obras de infraestructuras (autopistas, intermodales, parques, edificios públicos, etc) requieren urgentemente Arquitectos que las diseñen.
Justamente una de las críticas que se le hace a las grandes obras de infraestructura públicas o privadas que se han ejecutado en Chile en las últimas dos décadas, por ejemplo las autopistas urbanas, es que al estudiar el caso de obras similares de otros países, las nuestras claramente podrían tener un mejor diseño. Me refiero a mejor Arquitectura que agregue valor, lo que no necesariamente significa mayores costos, sino que mejor diseño de detalles, de mitigaciones, etc., a la larga se trata de transformar “impactos negativos” en “externalidades positivas”, “espacios residuales” en “espacios públicos”, “planicies verdes” en “lugares de encuentro”… eso es justamente el gran aporte que desde nuestra profesión podemos hacer, o mejor dicho, debemos hacer.
Creo que el desafío que enfrenta el país al empezar un gran plan de obras públicas presenta enormes oportunidades para los Arquitectos de Chile. Para todos y cada uno de quienes sienten de que como profesionales tenemos mucho que aportar, esta es una oportunidad de hacernos presentes y colaborar desde lo que mejor sabemos hacer: Arquitectura.
¿Qué falta para que los Arquitectos de una vez por todas empecemos a participar activamente en los desafíos públicos que enfrenta nuestra sociedad?